Informe 2: Conocimientos, habilidades y actitudes.
EL PUEROCENTRISMO: La tiranía del hacer por hacer (y otras falsas dicotomías).
Con esta entrega vamos a compartir lo que la lectura de esta semana nos ofrece: la discusión de una falsa dicotomía entre la vieja escuela (o tradicional) con la escuela innovadora (la de metodologías activas).
Por vieja escuela o tradicional se conoce a aquella que aplica las didácticas más centradas en el conocimiento, más fundadas en los contenidos conceptuales, la que está más apegada al libro y tiene como premisa invalorable la memorización, es mecánica, autoritaria y sumamente expositiva, donde el profesor lo sabe todo y es el amo del saber. Este tipo de escuela es la que surge tras la revolución industrial y se proyecta como una educación bancarizada, experta en la formación de los futuros consumidores, obreros y personeros perpetuadores del sistema capitalista imperante...
Por escuela nueva o innovadora se conoce a las didácticas alternativas que nacieron como contrapartida a la tradicional, que potencian más los procedimientos, valoran las acciones, las experiencias, las habilidades y actitudes, pero en detrimento (o porque le parecen feos los tradicionales) de los conocimientos y sus facetas. Aquí la única norma es el laissez faire, y se destierra al libro de texto por la fotocopia, el audiovisual o la dramatización...
Sin embargo, ambas definiciones pueden ser caricaturas de una falsa realidad, de una aparente dicotomía entre lo tradicional y lo innovador, pero ¿Cuál es la realidad de la educación y de la práctica docente significativa? La respuesta debe más bien hacernos entender que las dos escuelas no son excluyentes, sino mutuamente incluyentes, ambas han funcionado más o menos en formar a hombres y mujeres que han sabido llevar adelante la rueda de la civilización, con sus pros y contras. Ambas realidades son complementarias en la educación actual, sin menoscabo de sus elementos característicos. ¿Pero qué permite esta complementariedad?
Con esta entrega vamos a compartir lo que la lectura de esta semana nos ofrece: la discusión de una falsa dicotomía entre la vieja escuela (o tradicional) con la escuela innovadora (la de metodologías activas).
Por vieja escuela o tradicional se conoce a aquella que aplica las didácticas más centradas en el conocimiento, más fundadas en los contenidos conceptuales, la que está más apegada al libro y tiene como premisa invalorable la memorización, es mecánica, autoritaria y sumamente expositiva, donde el profesor lo sabe todo y es el amo del saber. Este tipo de escuela es la que surge tras la revolución industrial y se proyecta como una educación bancarizada, experta en la formación de los futuros consumidores, obreros y personeros perpetuadores del sistema capitalista imperante...
Por escuela nueva o innovadora se conoce a las didácticas alternativas que nacieron como contrapartida a la tradicional, que potencian más los procedimientos, valoran las acciones, las experiencias, las habilidades y actitudes, pero en detrimento (o porque le parecen feos los tradicionales) de los conocimientos y sus facetas. Aquí la única norma es el laissez faire, y se destierra al libro de texto por la fotocopia, el audiovisual o la dramatización...
Sin embargo, ambas definiciones pueden ser caricaturas de una falsa realidad, de una aparente dicotomía entre lo tradicional y lo innovador, pero ¿Cuál es la realidad de la educación y de la práctica docente significativa? La respuesta debe más bien hacernos entender que las dos escuelas no son excluyentes, sino mutuamente incluyentes, ambas han funcionado más o menos en formar a hombres y mujeres que han sabido llevar adelante la rueda de la civilización, con sus pros y contras. Ambas realidades son complementarias en la educación actual, sin menoscabo de sus elementos característicos. ¿Pero qué permite esta complementariedad?
Las competencias. De hecho el enfoque por competencias permite darle importancia a los contenidos como condición sine qua non de la generación de habilidades y actitudes, y de la misma manera, las habilidades y actitudes generan nuevos conocimientos, ya que "sin contenidos conceptuales sobre los que aplicar los procedimientos es imposible que éstos se aprendan significativamente, entendiendo por ello la capacidad de ser utilizados en cualquier situación".
Así las cosas, las competencias nacen como salvaguarda de la dicotomía de las escuelas, y se convierte en una medición fiel de que la educación está respondiendo a las necesidades reales de los estudiantes, a resolver los desafíos de la vida cotidiana, a saber, a saber hacer, a saber ser.
COROLARIO: Lo del conocimiento de los puntos cardinales lo viví en carne propia cuando viví en Costa Rica, con la manía de dar direcciones: "del árbol de mango, 50 m. al norte", "De la Uruca, 500 m Oeste y luego 300 m. al sur, allí mismo es"... Hay que aprender a ubicarse (es bueno saber por dónde sale el sol-el Este- y donde se pone -Oeste-, usted se pone de frente al amanecer y a su izquierda tiene el Norte, a su derecha el Sur... ¿y si es de noche?😖
Valoración de la lectura de esta semana: ⭐⭐⭐⭐⭐
Javier! Que me he divertido con tu experiencia de Costa Rica!! Por otro lado, me parece magistral la manera en que vas llevando tu informe... esa falsa dicotomía... cómo tenemos que entender que son complementarios!!! Y que complementándose es que lograremos la verdadera educación!
ResponderBorrarSaludos,
Marta
Comparto su opinión Javier. Ambas escuelas (tradicional e innovadora) son complementarias en la educación. No podemos decir que la escuela tradicional no ha tenido un papel importante en la formación de educadores. Tampoco podemos afirmar que el desarrollo de competencias este desligado de la fundamentación teórica. Por ejemplo, antes de dar mi primera clase, tuve que tomar materias relacionadas con didáctica y pedagogía. Esa fundamentación teórica fue esencial para desarrollar la competencia de promover ambientes de aprendizaje en el aula. Dicho de otra manera, no se trata de hacer una división entre una y la otra, sino de equilibrar y tomar lo mejor de ambas.
ResponderBorrarSaludos, Javier.
ResponderBorrarEn respuesta a su pregunta ¿Cuál es la realidad de la educación y de la práctica docente significativa? En definitiva comparto su opinión en cuanto a la integración de ambos tipos de educación, debido a que ya en la práctica el estudiante necesita memorizar las teorías relacionadas a su campo de estudio para poder desarrollar sus habilidades y capacidades de forma óptima.